Jacinto



@PabloVillalbaG: Hace 20 años moria el folclorista mas desprejuiciado del rock nacional #JacintoPiedra

Hoy Pablo desde su twitt me hacía acordar de la trágica muerte de Jacinto Piedra y me puse a buscar algo que lo describa. Encontré una nota de la Revista Sudestada, cuando se cumplió 15 años de su muerte.Me gustó por eso voy a colocar un fragmento de ella:

Jacinto Piedra: De noche lo siguen gritando...

Por: Patricio Féminis



Jacinto Piedra murió en forma trágica a los 36 años. El sentimiento popular y cierto gusto por cadáveres exquisitos lo volvieron un mito cotidiano. Creador original y esporádico, integró MPA y Santiagueños, grupos renovadores que combatieron los prejuicios del género.



Las mañanas de febrero en Santiago del Estero se habían vuelto espesas; la gente optaba por saludarse de lejos. Un mes atrás había sido pavimentada la Avenida del Libertador, pero en La Banda seguían comentando el éxito de los grupos tropicales contratados por el Municipio, que había usado la noche para anunciar que por fin los barrios de las afueras tendrían agua, mientras se seguiría estudiando el tema de la luz. Cerca de los cultivos de alfalfa, en un locutorio que también era almacén, un jóven músico tecleaba con despecho en su computadora, hablando por chat con un periodista de Buenos Aires que hacía una pregunta tras otra, obviando acentos.

Discutían influencias, raíces de la música popular. El folklorista se quejaba porque muchos dejaban el pago, se olvidaban “del monte y de sus estrellas”. El intercambio era ríspido, imperativo, como una profanación observada de lejos por varios. “Hacete un viaje y velo con tus propios ojos, hermano. Aquí la lucha continúa de la mano de Jacinto Piedra, más que nunca”. El periodista quería saber a qué lucha se refería, qué tenía que ver Jacinto Piedra con los cambios en Santiago del Estero. “Sentílo, vivílo. Vení a Santiago y perfeccionate en el saber. Los temas de Jacinto están en el aire. ¿No los respirás?”, decía el santiagueño, riéndose con los dedos.

Quince años atrás, el 25 de octubre de 1991, a los 36 años Jacinto Piedra había muerto al volcar su auto cerca de La Banda, en el cruce del ferrocarril Mitre. Lo velaron en La casa del folklorista de Sa, en medio de un frenesí de música, bebidas e invocaciones. Una multitud acompañó el cajón hasta el cementerio: Peteco Carabajal destilaba melodías en el violín; a don Sixto Palavecino se lo veía tranquilo, paternal, como si asistiera a un bautismo. Juan Carlos Carabajal saludaba a los vecinos uno por uno y explicaba los hechos. La gente se acercaba preguntando por qué, qué había hecho, quién se lo había llevado. Tiempo después, varios iban a su tumba en el cementerio de Santiago y afirmaban haberlo escuchado cantar. Las promesas incumplidas de Jacinto habían pasado a sus fieles, ávidos de la palabra revelada.

Innovador, audaz, perezoso, inseguro, Jacinto Piedra se expandió en círculos concéntricos luego de su muerte, como un Jim Morrison de origen quechua. Cantaba desde que era chango, recorría festivales y lo llamaban “Ricardito, el niño cantor.” Nacido en el ’55, las chacareras, los repiques del bombo y los yeites de la eléctrica se le mezclaban en la cabeza: se sabía temas de Spinetta, Aquelarre. Pink Floyd lo subyugaba como los cóndores de Bolivia y Perú, adonde había viajado después que su novia de la adolescencia lo abandonara. Allí había conocido ritmos, ríos de instrumentos, había encontrado un pasado, una voz común. Apenas le crecía la barba, pero ya llevaba un bigote tupido y angosto, como un mandarín



Comentarios

  1. gracias por el post, solo lo conocia de nombre, de haber escuchado que lo mencionaban al pasar en radios, pero nunca lo habia escuchado hasta ahora y la verdad que me gusto mucho.

    salu2 conoci2

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